Miraba mis manos y me recordaban a ti.
Aquellas tardes coronadas con un amanecer que llegaba demasiado pronto al unísono de nuestra voracidad. Mis manos recorriéndote, descubriendo cada rincón de tu cuerpo, explorando cada poro, cada pequeño estremecer de tu piel provocado por el roce de la mía.
Miraba mis piernas y me recordaban a ti.
Qué frenesí al rodear tu cintura mientras recorríamos ríos de placer. Mis piernas se aferraban cual cadenas, forcejeando para no derramarse con el chorreante sentir de nuestra pasión sin final.
Miraba mis ojos y me recordaban a ti.
Una y otra vez observándote. Cada gesto, cada signo de deleite que tus ojos y tu boca me regalaban, retroalimentándome y obligándome a no parar, a seguir viéndote recorrer el camino del gozo con avidez. Me hacías esclava consentida de ti, de tu sentir, de tu placer.
Fue tan fácil volver a seducirte… Una cena exquisita regada con tu vino favorito. Fácil. Tus suaves labios rozando el cristal y… de nuevo caíste a mis pies, sin aliento… sin vida.
Me miro en el espejo, miro mis manos y mis piernas ensangrentadas, miro mis ojos. Me miro y te miro, despojos de lo que una vez fuiste, masa ensangrentada y putrefacta de nada. ¿Creías que podrías desaparecer así, conseguir con ella lo que solamente yo podía regalarte?
Pobre niño tonto.
6/08/14 at 22:58
Guau, me ha encantado, realmente impresionante…
Escribes muy bien, y todas las historias tuyas que he leído tienen ese punto de «miedo» e intriga… uno de mis géneros favoritos 😛
Felicidades, un abrazo.
7/08/14 at 12:11
Muchas gracias. Como has podido comprobar, compartimos el mismo gusto por el mismo género. Adoro escribir sobre terror y, aunque, en ocasiones, no sea el tema protagonista, siempre añado unas gotitas para dejar un trocito de mi.
Me encanta recibir tus comentarios sobre mis escritos y aún más al saber que te encanta el terror.
Otro abrazo para ti 🙂
21/08/14 at 20:53
Dios Mío… es uno de los relatos más impactantes que he leído jamás. Cómo logras arrastrar al lector, desde la pasión inicial que se transforma en un carrusel de los sentidos, desplegando sensualidad y erotismo…. hasta llegar a ese final inesperado… brutal… traumático… desconcertante… y esa frase final que constituye el mejor final que nadie jamás podía imaginar: «Pobre niño tonto»… uffffff….. absolutamente bestial.
Enhorabuena… me descubro ante tu talento.
Luis
25/08/14 at 15:39
Muchas gracias, Luis, por leer mis relatos y por expresar aquí lo que «Pasión Voraz» te ha transmitido.
Si lees otros relatos publicados en este blog, descubrirás que me gusta sorprender al lector y conducirlo por caminos equivocados hasta que le muestro mi verdadera intención.
Me encantará seguir recibiendo comentarios tuyos y espero que esa sensación cuando lees mis escritos se siga manteniendo.
Un cariñoso saludo.