Siempre al acecho, haciéndome sentir indefensa ante ti. Por más que intento huir, siempre logras encontrarme y consigues que caiga en tu regazo, vencida… otra vez.
Me atrapas. Y me envuelves en dulzura, sintiéndome confiada de nuevo, provocando mi rendición sin condiciones, meciéndome en una melodía cálida, suave, seducida por tus promesas… otra vez. Continuar leyendo